Sermones

Sermón de la semana

Sermón 18: Una misericordia escandalosa.
Tema: una misericordia más allá de nuestra comprensión y aceptación. | Base bíblica: Josué 5:9-12, 2 Corintios 5:18-21, Lucas 15:11-32.

Introducción: La misericordia es un atributo divino, sinónimo de consideración, y perdón, la cual ejerce Dios constantemente sobre nosotros pasando por alto las ofensas que con nuestros actos cometemos.

En las lecturas para este domingo encontramos una cadena de acontecimientos bíblicos que enfatizan la increíblemente gran misericordia de Dios, partiendo con el cumplimiento de la primer imagen de la obra salvífica que Dios hace en la persona de Cristo.

  • La alegría del hogar  (Josué 5:9-12)
    Este primer pasaje nos muestra ese momento exacto donde el pueblo de Israel llega a casa, donde después de tantas y tantas angustias, de tanto esfuerzo, de tanta lucha, van a entrar al hogar.
    • Una muestra de una misericordia incesante lo que hace a este pasaje tan significativo hoy día, además de las imágenes teológicas que manifiesta, es el contexto del mismo, que es el libro de éxodo, el viaje a través del desierto.
      Durante el camino de Egipto hasta la tierra prometida 
      1. Israel dudo de Dios
      2. Israel renegó de Dios
      3. Israel ofendió a Dios
      4. Israel abandonó a Dios Dios permaneció como el padre misericordioso que es, a pesar de las afrentas del pueblo
    • No olvidó nunca la promesa que les hizo de llevarlos hasta ese punto, y cumplió su palabra sellando el acontecimiento con la participación de la pascua, que no se había hecho desde el día en que salieron de Egipto, según lo vemos en éxodo 13 
    • Dios los reconcilio consigo y los llevó hasta la casa que les prometió
      aunque fue necesario que la generación completa que salió de Egipto acabara sus días, Dios hace las paces con Israel a través de la comida de la pascua y permite experimentar la alegría del hogar con el Padre Celestial 
    • Nosotros somos ahora el pueblo de Israel que de igual forma va camino a la nueva Jerusalén, un lugar prometido por Dios, y hemos sido reconciliados con él a través de la nueva pascua que es Cristo, para gozar de las muchas alegrías de estar en el hogar con el Padre celestial.
      Sin embargo es necesario que padezcamos un poco tiempo, sabiendo a través de esta historia, que:
    • El Padre misericordioso no nos dejara ni un instante
    • El Padre misericordioso cumplirá su palabra cabalmente 
  • Reconciliados y Reconciliadores (2 Corintios 5:18-21)
    Quien ha comprendido que el hogar con el Padre celestial es por mucho el lugar ideal para estar, y que su abrazo y abrigo se extienden para quien con él habita, y también para quien aún no acepta venir a su hogar, no puede mantenerse callado, porque misericordia produce más misericordia.
    • Este segundo pasaje toma las imágenes mostradas por la primer lectura y las presenta ahora en la persona de Jesús, la nueva pascua porque Dios nos reconcilio consigo mismo por medio de Cristo y ha estado reconciliando al mundo por medio de Cristo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados (V.18-19).
      1. Si Dios ofrece la oportunidad de salvación a todo el mundo por la persona de Cristo, nosotros no debemos negarla absolutamente a nadie,
    • de la misma forma en que hemos alcanzado misericordia la debemos extenderla a quienes están a nuestro alrededor.
    • La misericordia con que Dios obro en los Israelitas después del éxodo en el desierto fue la base de la reconciliación que experimentaron, lo fue y lo sigue siendo hoy día, así que si nosotros tenemos la encomienda de llevar a otros a la reconciliación con Dios, y a que experimenten la alegría del Padre celestial debemos, de la misma forma, apelar a la misericordia. 

O.T. Una misericordia que como la de Dios mismo, como la de Jesús nuestro Señor sea.

  • Una misericordia escandalosa (Lucas 15:11-32)
    • Ilustración: nací en una ciudad fronteriza y por tal razón mi familia se topó a muchos inmigrantes que iban de paso a los Estados Unidos, todos buscaban la oportunidad de salir adelante. Mis padres fueron muy hospitalarios siempre, los alimentaron, los hospedaron y los vistieron. Una vez, cuando tenía yo unos 11 años mi madre regalo una chamarra color café que me gustaba mucho a un salvadoreño, y me molesté, en mi mente no cabía el hecho de que mi familia prefiriera a un desconocido que a su propio hijo, era un acto de misericordia simple, pero a mí me escandalizó, porque yo no miraba que esa chamarra seria tal vez el único cobijo de esta persona por un buen rato, yo solo miraba que era mía y se la estaban dando.

Así, con constantes actos de misericordia y enseñanzas de benevolencia Dios enseñó lo que con la parábola del hijo prodigo Jesús enfatizó: que el amor de Dios es tan sobrenatural que abraza a quienes en nuestra naturaleza nosotros no estaríamos tan dispuestos a aceptar, que su misericordia es para todos aunque nosotros lo desaprobemos. 

  • Nuevamente el contexto da una significancia más profunda al pasaje: 
    • La oveja perdida (1-7)
    • La moneda perdida (8-10) 
    • Cuando nosotros leemos estos pasajes nos relacionamos con la oveja perdida, con la moneda perdida, con el hijo prodigo que vuelve al hogar, al abrazo del padre misericordioso. Y es correcto, las parábolas tienen esa intención recordarnos que Jesús en su increíble y escandalosa misericordia nos ha buscado, nos ha encontrado, nos ha liberado, y no has recibido, olvidando las faltas cometidas.
    • Sin embargo hoy también como iglesia recibimos un llamado a identificarnos con Jesús mismo, a procurar ser como el, a ir por la oveja que se ha extraviado en medio de este desierto que todos atravesamos. A buscar exhaustivamente la moneda valiosa que se encuentra perdida por allí, a recibir a los hermanos menores que un día se fueron del hogar, o que nunca ha experimentado el abrazo del misericordioso Dios en que creemos.  

Conclusión.

En una capacitación hicieron la siguiente pregunta: Recordando aquel momento en que Moisés le dijo a Dios perdónalos, y si no los perdonas, bórrame del libro donde nos tienes inscritos (Éxodo 32:31-32). ¿Cuántos de ustedes estarían dispuestos a perder su salvación por ganar la de un ser muy amado? Hubo respuestas muy variadas, entre las que estaban la típica respuesta que evade la pregunta, o la minimiza diciendo “eso no hace falta” ¿Por qué no solo decir que si estaríamos dispuesto a perder para que otros ganen? 

Muchos de nosotros, los cristianos somos tan poco misericordiosos que no solo no vamos en búsqueda de la oveja perdida, o del hermano menor que se fue, sino que cuando este viene a casa no lo aceptamos, deseamos que se vaya de nuevo. Nos parece escandaloso tener entre nuestras congregaciones gente adicta, gente que padece de sus facultades mentales, gente que estuvo en la cárcel,  gente diferente a lo que nosotros consideramos aceptable.

Pues es precisamente así la misericordia de Dios: escandalosa, y pide que nosotros también tengamos esa misma misericordia, una misericordia escandalosa y que recuerda que todos los pecados tienen perdón aun si en el proceso entre la salida de Egipto hasta la tierra prometida reniegas, desiste, u ofendes a Dios. Él sigue siendo misericordioso y nosotros también debemos serlo.

El presente sermón es parte de la edición del libro «El eco de su voz» del Pbro. Isaí Rayas; puedes encontrar este libro en Mercado Libre a un super precio, en el siguiente link:

El Eco de Su Voz en Mercado Libre.

(1) Comentario

  1. Mario Bretado García dice:

    Hermosa reflexión, que nos invita a poner en práctica la .misericordia con todas las personas con las que tengamos la oportunidad de serlo, sin perjudicarlos, todos recibimos la .misericordia de Dios, seamos dignos hijos de él.

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